Los tailandeses tardaron algunos milenios para abrir los ojos y ver lo que nosotros decimos cada shabat:
“Un día de reposo y santidad has regalado a Tu pueblo … Un descanso para el amor y la generosidad, un reposo para la verdad y la fe, un reposo para la paz, la armonía, la tranquilidad y la seguridad. Un reposo completo que Tu lo quiere. Reconocerán Tus hijos y sabrán que de Ti emana su reposo y por su reposo santificarán Tu nombre… Danos, D´s nuestro, con amor y de buena voluntad, shabatot imbuidos de Tu santidad, y descansarán en ellos todo Israel, que santifican Tu nombre”.